10 AÑOS FORMANDO TÉCNICOS DEPORTIVOS. ¿CÓMO LE HA IDO A NUESTROS ALUMNOS?

Adrián Valdivia y Eric Lopes

Exalumnos del Grado Superior EAS de la Escuela Vitae (2ª generación), nos hablan de su experiencia en nuestro centro y de su vida profesional tras finalizar el grado superior.

— ¿Qué os llevó a tomar la decisión de estudiar en la Escuela Vitae?

Adrián: Al acabar el bachillerato, yo tenía claro que quería empezar estudios relacionados con el deporte, ya que es mi pasión desde los 5 años; a esa edad empecé a jugar en un equipo de fútbol y no lo he dejado desde entonces. Como el primer año no pude entrar en la pública, con mi madre empezamos a buscar información por internet y ahí encontramos la Escuela Vitae. La verdad es que no tenía ninguna referencia del centro ni conocía a nadie que hubiera estudiado ahí, pero como me llamó la atención, fui a visitar las instalaciones e hice una entrevista con el director de la escuela, y la verdad es que con eso acabé de convencerme para matricularme… ¡y acerté de lleno! (ríe)

De hecho, en mi segundo año obtuve una plaza para entrar en la pública, pero preferí quedarme en Vitae, tanto por la calidad de la formación que estaba recibiendo como por las amistades que había hecho.

Eric: Yo, en cambio, al acabar el bachillerato empecé a estudiar el Grado de Administración y Dirección de Empresas, pero en seguida me di cuenta de que no era lo mío. Un amigo que era alumno Vitae de primera generación me habló del centro y de su experiencia personal, que era muy buena, así que hablé con un compañero que también quería empezar los estudios de deporte y ambos nos decidimos a matricularnos en Vitae.

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— ¿Qué os esperabais al matricularos? ¿El Grado Superior se ajustó a vuestras expectativas?

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Eric: En mi caso ya sabía más o menos qué esperar, porque Pere, mi amigo, me había hablado de la metodología, las clases prácticas, etc. En realidad, tener ese feedback de antemano fue lo que me acabó de convencer para inscribirme. En ese momento (yo tenía 19 años), la verdad es que agradecí una formación tan práctica y dinámica, y, aunque al acabar me apunté al Grado de CAFE, aproveché al máximo los años en Vitae. Además, había muy buen rollo con todos los compañeros, éramos una piña.

Adrián: La verdad es que para mí al principio fue un poco difícil. Como ya he dicho, no conocía a nadie, y el primer día de curso me encontré con compañeros mayores que yo, que venían de distintas ciudades (Sabadell, Terrassa, Hospitalet…), cada uno teníamos experiencia en deportes diferentes… Además, yo soy de El Prat, y cada día tenía que coger el autobús hasta Vall d’Hebron. Fue la sensación de «salir del cascarón» por primera vez, pero la verdad es que este proceso de adaptación no duró mucho tiempo: en seguida creamos un vínculo con toda la clase, e hice muy buenos amigos.

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— ¿Qué destacaríais de vuestra experiencia en Vitae?

Adrián: Para mí, lo mejor de mi época como alumno en Vitae es que todos los que estábamos allí queríamos aprender, no es como en el colegio, que hay asignaturas que no te interesan para nada. Los profesores, al ser de tu mundo, te ayudan una barbaridad. En el 2º cruso tuve a Jorge Paricio de profesor de pádel, y ahora trabajamos juntos en el RC Polo; es el coordinador de la escuela de tenis.

Además, como ya hemos comentado es un tipo de formación muy práctica. Aunque en aquella época tuviéramos que desplazarnos a diferentes instalaciones deportivas, merecía la pena. Es decir, no es lo mismo hacer una clase de fútbol o de rugby en el patio asfaltado del colegio, que en un campo de hierba en la Teixonera, o hacer las clases en el gimnasio del Dir en vez de en una sala con tres o cuatro máquinas. Con este sistema ves la realidad del sector al que te vas a dedicar y eso te motiva muchísimo.

Eric: Exacto, éramos como una gran familia. Todos los que estábamos ahí teníamos una afición en común, el deporte, y eso se notaba en las clases. La gente va a aprender, hay mucho compromiso. Además, las prácticas están muy bien organizadas, tanto en el Dir, como con deportes específicos como pádel o tenis. Los contenidos que aprendes en el Grado Superior son muy útiles para poder entrar en el mundo laboral, y son aplicables en diferentes tipos de trabajo.

En mi caso, el Grado Superior también me permitió acceder a la universidad, así que al acabar los estudios en Vitae pude matricularme en la carrera de CAFE.

 

En Vitae somos como una gran familia. La gente va a aprender, hay mucho compromiso.

 

— ¿Qué tuviste que hacer para acceder al Grado universitario?

Eric: Empecé la universidad un año después de haber terminado el Grado Superior, porque quería prepararme una asignatura específica de la Selectividad para subir nota y poder acceder a CAFE en la pública, y además aproveché ese año para sacarme el título de entrenador de fútbol. Al aprobar esta asignatura de la selectividad, la nota media del Grado Superior me subió un punto, así que pude entrar en la carrera en el Tecnocampus de Mataró.

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— ¿Cuál fue vuestra primera experiencia laboral en el sector deportivo?

Adrián: El verano del 1er curso desde Vitae me proponen realizar las prácticas en el RC Polo de Barcelona. Al principio rechacé la oferta porque quería buscar algo vinculado al fútbol, pero al ver las instalaciones y las secciones del club cambié totalmente de opinión, ya que entendí que era una buena oportunidad. Así que, con dos compañeros más, Marc Martín y Alejandro Serrano, empezamos a trabajar como monitores en las colonias deportivas del club, en mi caso como ayudante de tenis.

Después de un mes recuerdo que Jose Morilla, mi coordinador, me comentó que estaban contentos con el trabajo que estaba haciendo y que en la escuela de tenis estaban buscando profesores para el próximo curso… acepté, y ya llevo trabajando en el RC Polo 7 años.

El 2º año me preguntaron si conocía a alguien de mi clase que pudiera trabajar en la escuela y propuse a Eric, que, aunque tampoco venía del tenis, tenía mucho desparpajo.

Eric: Yo empecé en el RC Polo haciendo una sustitución como entrenador de tenis, y como trabajé muy a gusto y en el club quedaron contentos con mi trabajo, decidí quedarme como entrenador fijo al acabar el Grado Superior. He trabajado en el club desde entonces, ya que pude compaginarlo con la carrera… ¡y hasta ahora!

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Gracias a la formación del Grado Superior pudimos empezar a trabajar en un sector en el que no éramos especialistas, y aún a día de hoy mantenemos ese trabajo.

 

Ambos veníais del mundo del fútbol, ¿qué pensasteis cuando os propusieron ser entrenadores de tenis?

Eric: En el Grado en Vitae habíamos hecho una asignatura de tenis, así que no empezábamos de cero. En esta asignatura yo había aprendido bastante, aunque es verdad que nunca había dado una clase. Pero en el Polo sabían que tenía una base y que había tratado con niños, y yo también creía que podría hacerlo bien. Además, en el club me ayudaron mucho y fui aprendiendo poco a poco, pero la verdad es que desde el principio la experiencia fue muy buena, sobre todo la relación con los «peques», que es una parte fundamental de la enseñanza de cualquier deporte.

Adrián: Yo soy muy superviviente, y pensé que aunque no tuviese una gran experiencia en este deporte me buscaría la vida. Empecé como ayudante en pista, y a las dos semanas mi compañero cogió la baja y tuve que estar solo en pista. Pero la verdad es que con los niños me sentía muy cómodo, aunque recuerdo que, al principio, me daba miedo que se me acercara algún padre o madre a preguntarme algo, porque todo era muy nuevo para mí (no solo la experiencia como entrenador, sino el club, la metodología…). A pesar de todo, gracias a la formación que nos ofrecía la escuela de tenis y a mis compañeros, me sentí cómodo muy rápido.

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— Adrián, ahora tú también trabajas como entrenador personal en DIR, desde hace 4 años. ¿Crees que la formación recibida en el Grado Superior EAS te ha sido útil a la hora de incorporarte al mundo laboral?

Adrián: Por supuesto, mucho. Aprendí mucho sobre varios deportes y gracias a eso estoy trabajando en sectores que como deportista no conocía. Reconozco que, cuando la cursé en la Escuela Vitae, la asignatura de entrenamiento personal y actividades dirigidas no acababa de motivarme, y ahora es un área que me encanta, porque me permite estar en contacto con la gente y ayudarles a conseguir sus objetivos; es un trabajo muy agradecido.

— Para acabar, ¿recomendaríais estudiar formación profesional a alguien que le gusta el deporte y quiere convertirse en técnico?

Eric: Lo recomendaría al 100%. Habiendo cursado la formación profesional y la carrera de CAFE, puedo decir que, aunque es verdad que en la universidad aprendes mucho, te enseñan a potenciar capacidades como buscar información, analizar, sintetizar… y es una experiencia muy enriquecedora, también es cierto que en el Grado Superior aprendes otro tipo de habilidades, muchas de las cuales no se enseñan a nivel universitario, y que son fundamentales en el sector laboral del deporte.

Adrián: Por supuesto. No solo aprendes nuevos deportes, sino que también practicas deporte tú mismo; durante el Grado Superior, yo me notaba hasta más fuerte. ¡No tenía ganas de acabar el ciclo! Recuerdo al año siguiente ir alguna mañana con unos amigos al centro para enseñarles las instalaciones, estoy muy orgulloso de haber formado parte de la Escuela Vitae. Aunque hayas practicado un mismo deporte toda la vida, no pasa nada, en Vitae te preparan para desarrollar muchas otras actividades físicas y habilidades. Eso te da confianza y te abre camino en el sector.